Flan Parisino

Hoy vamos a ver cómo preparar la variante más curiosa del flan. ¿Es un flan? ¡Sí, lo es! Lo notaremos por su sabor, porque su consistencia es más firme y seca.

Llamado así por ser muy popular en Francia y, especialmente, en su capital, este postre está presente en cualquier pastelería francesa. Pero no así en Latinoamérica, donde es poco frecuente verlo tras una vidriera.

Aunque, ¿por qué preocuparse? Nada mejor que elaborar una versión casera de este tipo de flan. Si sos amante de aquel postre, tenés que probar esta exótica variante.

Video paso a paso

Ingredientes para Flan Parisino

• 5 Huevos

• 120gr Azúcar

• 50gr Maizena

• 350gr Leche

• 125gr Crema de Leche

• Esencia de Vainilla

Receta de Flan Parisino

¿La historia del flan? Uf, tomá asiento y preparate para un amplio recorrido histórico, porque el flan está en las mesas y cocinas de las familias desde el período antiguo. La historia que engloba esta ambrosía de los dioses está colmada de eventos que fueron dando forma a su sabor. Ha estado tan presente desde los comienzos civilizatorios que sería difícil imaginarnos una humanidad sin flanes.

A ver qué historia se trae en flan…

Pensando tanto en los postres familiares como en la carta que ofrecen los restaurantes, ¿no podríamos decir que el flan está tan presente que se ha convertido en el clásico más clásico de los clásicos? Ahora bien, ¿cómo se dio este fenómeno? ¿Cómo se instaló tan firmemente el flan en las mesas del mundo? Pues bien, milenios de historia de evolución son la respuesta. En cuanto nos pongamos a rastrear su origen llegaríamos al principio de los principios, que es cuando los hombres de la Roma antigua entendieron que existía la posibilidad de domesticar tanto a las gallinas como a sus pollos, y de esta manera obtuvieron como fruto de aquella actividad abundantes cantidades de huevos por doquier. Así fue que comenzaron a poner en práctica su creatividad culinaria usándolos en todo lo que pudieran. Así es como empieza a crearse la versión primitiva del flan. Aunque claro, faltaba algo importante: el azúcar. La verdad es que ningún europeo tenía idea de la existencia de ese ingrediente.

De modo que, en ese período, no existía el flan dulce. Era más bien un plato salado que se hacía llamar tyropatina: una preparación obtenida por cocción a fuego bajo que, cuando se espesaba, se hervía con una particular especia. ¿Tenés idea cuál? Muchos la conocemos. ¡Es la pimienta! Los antiguos romanos eran auténticos entusiastas de esa especia y se la ponían a cualquier plato que les pusieras en frente. Gracias a la historia, ese ingrediente se extrajo de manera definitiva del flan y nunca más volvió a aparecer (por suerte).

¿Tiene un creador el flan?

Una respuesta rápida a esa pregunta podría ser Marco Gavio Apicio, antiguo chef de Roma que se dedicó a dar a conocer múltiples recetas. Pero la realidad es que no existe evidencia como para saber si él es el auténtico descubridor del tyropatina o es, al menos, su difusor. La segunda respuesta parece la más segura.

¿Cómo cambió el flan en la Edad Media y la Modernidad?

El gran éxito de la Edad Media fue que la pimienta no volviera a aparecer en escena. En su lugar su usó la miel, excelente sustituto hasta que llegara el azúcar. Ahora el flan ya había evolucionado y se había vuelto más conocido en Europa. Gran parte de ese logro fue gracias a los monjes, que aprovecharon ciertas permisiones de la Cuaresma con respecto a huevos y lácteos y prepararon todo tipo de flanes, metiendo en la preparación lo que estuviera cerca para nutrir. Así llegaron a existen ricos flanes de frutos secos y otros no tan ricos de verduras y pescado.

El glorioso momento donde aparece ese ingrediente infaltable en las recetas dulces está en camino. Es la llegada del azúcar, que vino por medio de las migraciones árabes, que deambularon por Francia, Italia y España dando a conocer aquel néctar sagrado. Ellos harían que el flan se convirtiera en lo que hoy es.

El nombre del postre cambia y deja de ser el complicado tyropatina para ser rebautizado por la lengua fráncica como flado, lo que hace alusión a una torta con forma plana. Luego derivaría el flaon hasta el que nombre con el que lo llamamos en la actualidad.

Así, la receta iría variando pero conservando sus ingredientes principales. Cuando cruza el océano y llega a las Américas, nuevas versiones modernas aparecieron, como el flan de queso crema, el flan de almendras, el flan de chocolate y, la versión argentina, el flan mixto.