El flan no siempre tiene porque ser calórico, aprende a preparar este super natural y delicioso.
Tiempo de Preparación: 8 Minutos
Tiempo de Cocción: 10 Minutos
Tiempo Total: 18 Minutos
Porciones: 4 Flanes
¿Es el flan el postre preferido de la gente? Sabemos que los niños siempre van a elegir el helado, pero los que gustamos de darnos un buen banquete no siempre estamos disponibles para helado. A veces necesitamos algo que tenga un sabor extraordinario pero que no nos llene demasiado.
Quizá por eso el flan es el postre más solicitado en los restaurantes. La medida perfecta para ser servido luego de una comida fuerte. Aunque sea pequeño, no obstante, es una bomba de calorías. Ni hablar de un flan mixto, es decir, con crema y dulce de leche. ¿Acaso hay versiones más ligeras del flan?
Sí; hoy te traigo una variante natural, baja en calorías y, aunque no lo creas, ¡sin huevos! Pero tan deliciosa como la versión original que todos conocemos. Para su elaboración vamos a usar, principalmente, fruta. Este flan de naranja sorprende a cualquiera y queda espectacular.
Flan
500gr Jugo de Naranja
50gr Maicena
60gr Azúcar
Caramelo
100gr Azúcar
Agua
En una sartén poner el azúcar y calentar hasta que se forme el caramelo, volcar en los moldes y mover para que el caramelo cubra bien todo el interior de cada molde. Reservar.
Exprimir las naranjas y reservar.
En una olla poner el azúcar, la maicena e integrar estos ingredientes.
Volcar el jugo filtrándolo con un tamiz, al principio solo un poco para disolver bien los ingredientes secos y luego agregar el resto.
Cocinar a fuego medio hasta que llegue al hervor, bajar el fuego a mínimo y cocinar un minuto más.
Servir en los moldes, tapar con un film en contacto, dejar reposar una hora a temperatura ambiente y luego guardar en la heladera.
Los registros de los que disponemos hasta el momento nos han dado a saber que el antecesor más antiguo del flan proviene de la Antigua Roma. Al poco de tiempo de haber empezado la domesticación de las gallinas y pollos, los romanos se convirtieron en grandes admiradores de las recetas a base de leche, miel y huevos. El nombre con el que el flan era conocido en aquellos tiempos era tyropatina, que en lugar de azúcar utilizaba miel, debido a que la primera aparecería mucho tiempo después, por medio de las migraciones árabes al resto de Europa, principalmente Francia y España.
Marco Gavio Apicio es el antiguo chef al que se le adjudica la primera descripción de la receta del tyropatina y, en algunas fuentes, su invención, aunque esto es difícil de afirmar, ya que lo más probable es que se tratara de una receta preexistente.
En la Europa de la Alta Edad Media existía ya el flado (cuyo significado es "torta plana"), el cual consistía en una mezcla a base de leche, huevos y otros ingredientes muy diversos. Este era un postre consumido abundantemente en los monasterios en tiempos cuaresmales, debido a que la prohibición de la carne llevaba a que se innovaran formas nuevas que dieran lugar a alimentos nutritivos para la realización de las labores del día. En este momento, el flan podía ser dulce o salado, incluyendo estas últimas versiones ingredientes tales como pescado o vegetales.
Sin embargo, fueron unos visitantes del otro lado del Mediterráneo quienes le darían entidad a este plato. Los árabes tenían una experiencia amplia en la utilización del azúcar como ingrediente para preparar turrones, tortas, jarabes, etc.
Es así que los cocineros y pasteleros de España, y más tarde los franceses, conocieron una manera sutil y delicada de elaborar una mezcla de huevos, leche y azúcar. La cobertura de esa capa fina de azúcar llamada caramelo fue mérito de los cocineros árabes.
Es gustoso saber que en la actualidad existen las heladeras, ya que es el artefacto que permitió que el flan llegara a su punto óptimo de consistencia gracias a la refrigeración; una vez alcanzada aquella textura, se lo da vuelta para extraerlo y se lo sirve en un pequeño plato con su respectiva decoración de caramelo. Es por esta razón que en Francia suelen llamarlo como crème renversée.
Hubo otro ingrediente que llegó para quedarse y hacer más rica la preparación del flan: la chaucha de vainilla. Esta partió de América hacia territorio europeo ya que era un excelente elemento utilizado para aromatizar postres en conventos. Los conventos, de hecho, eran los principales fabricantes de vino, y para aclarar su color empleaban importantes cantidades de claras de huevo, razón que los hizo utilizar este mismo ingrediente para la elaboración de otros platos, como el flan. Por eso mismo, el flan fue un postre muy característico de las comunidades eclesiásticas (y poco accesible para el resto, ya que los huevos eran un alimento caro).
La popularización del flan en los restaurantes y tiendas de comida llega a fines del siglo XIX, debido a su utilidad en cuanto al almacenamiento y a su facilidad de fabricación.
Porción: 1 Flan ( 177g ) | Calorias: 211kcal | Carbohidratos: 52.5g | Proteínas: 0.9g | Grasas: 0.3g | Grasas saturadas: 0g | Colesterol: 0mg | Sodio: 2mg | Azúcar: 50g | Fibra: 0.3g | Grasas Insaturadas: 0.3g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 8 de julio de 2021.
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