¿Te gusta el chocolate? Entonces no te puedes perder esta deliciosa receta de Panna Cotta de Chocolate, suave y cremosa con un intenso sabor a chocolate que te hará disfrutar cada bocado!
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo de Cocción: 5 Minutos
Tiempo Total: 15 Minutos
Porciones: 2 Porciones
La panna cotta está entre mis postres preferidos. Tal vez realizado con menos frecuencia en Latinoamérica que en Europa, no deja de ser una preparación con una admirable combinación de sabores.
Tiene una consistencia que le da buen cuerpo, un matiz lácteo y forma gelatinosa. En algún momento, fue un postre que sólo se servía a la nobleza.
Lo común es que se sirva en su versión original que incluye frutos rojos. Pero pensé que hacer una versión de chocolate podría ser una idea excelente. Y no me equivoqué.
5gr Gelatina
160ml Crema
160ml Leche
40gr Azúcar
25gr Cacao
Esencia de Vainilla
Hidratar la gelatina colocándola en forma de lluvia sobre un recipiente que contenga cinco veces su peso en agua (fría). Reservar.
Llevar una olla a fuego medio y verter en ella la crema, la leche, el azúcar y finalmente el cacao en polvo. Revolver constantemente hasta disolver todos los ingredientes (evitar llegar al hervor). Una vez disueltos, sacar la olla del fuego y dejar reposar entre 30 minutos y una hora.
Llevar la gelatina ya hidratada al microondas durante 30 segundos aproximadamente (debe estar humeando cuando lo saquemos del microondas). Echar la gelatina caliente sobre la preparación y revolver muy rápidamente.
Servir la mezcla en los recipientes y llevar entre 30 minutos y una hora al freezer. Luego, pasar a la heladera.
Comer directamente desde el recipiente o servir en un plato. Decorar con salsa de chocolate o la que sea de tu preferencia.
El nombre de este postre es italiano y su traducción significa literalmente "nata cocida". A pesar de lo compleja que puede parecer la imagen de este postre, su elaboración no necesita ningún gran esfuerzo. Tanto la crema como la leche deben cocinarse junto al azúcar por un lapso corto para después añadir la gelatina, cuya función es la de agente espesante para otorgar firmeza al enfriarse a este pudding. La simpleza que requiere su preparación permite que incluso un novato en el arte culinario pueda animarse a prepararla. El único requisito esencial es que los tiempos de cada paso se respeten para que se enfríe lo necesario.
El contrapunto perfecto de este plato es su salsa (la más común es la de frutilla, pero las hay también de frutos rojos, de moras, de frambuesas) aunque se la puede combinar, también, con caramelo, coco, chocolate derretido, menta, jengibre o incluso bebidas alcohólicas como vino o ron. Incluso, si lo que buscás es alcanzar un postre único y aromático, entre sus ingredientes podés incorporar cientos de sabores diferentes, tu imaginación es el límite. Lo importante es que sus acompañamientos sean añadidos una vez que se obtenga la consistencia deseada.
Habitualmente, este postre se sirve frío y lo común actualmente es que se sirva en recipientes individuales. Lo recomendable es que la panna cotta se deguste recién hecha (como mucho, refrigerarla con un recipiente hermético en la heladera no más de un día). Una tradición antigua de Piamonte consiste en que la panna cotta se enfríe en moldes bañados con caramelo, dándole así mucho más sabor.
El origen de este postre es un tanto misterioso. La historia deja interpretar que se trata de un plato clásico de la región italiana del Piamonte, el cual se habría originado en el sureste de Turín, ubicado en la región de las Langhe, alrededor de los inicios del siglo XIX. El sobrante de leche de aquel tiempo habría generado como efecto que las mujeres húngaras lo aprovecharan creando esta delicia.
A su vez, esta receta resulta de una variación de otra que solía prepararse en la Edad Media en el Valle de Aosta. Las recetas de aquel tiempo no incluían gelatina, pero en su lugar se utilizaba un sustituto que consistía en hervir espinas de pescado hasta obtener su colágeno y así dar lugar a una sustancia espesante parecida a la gelatina. En otros casos, el sustituto eran simples claras de huevo que le brindaban cierta firmeza. Tampoco era común el uso del azúcar, ya que era un ingrediente demasiado caro e importado.
Con el correr del tiempo esta receta básica se transformó en el postre que conocemos actualmente, compuesto de sus ingredientes sustanciales: azúcar, gelatina, leche y crema. Como acostumbra a pasar con los grandes platos de la gastronomía, este postre cruzó fronteras y hoy es apreciado internacionalmente. En otros países es posible hallar versiones parecidas a la panna cotta, como puede ser la bavaroise suiza, que consiste en una composición de gelatina, crema inglesa y crema batida.
Ya sea para una cena entre familiares y amigos o para una importante ocasión, este cremoso postre te dejará bien parado siempre. Y por si fuera poco, también es apto para quienes padezcan alergia al gluten. Y dependiendo de los ingredientes empleados, también puede ser apto para vegetarianos, veganos o personas intolerantes a la lactosa.
Por ejemplo, los vegetarianos pueden darse el gusto de tener en su mesa este postre italiano clásico reemplazando la gelatina por una de origen marino que se llama agar-agar. Quienes son intolerantes a la lactosa pueden utilizar leche de coco, de almendras o simplemente leche deslactosada en lugar de los lácteos. Los veganos, por otra parte, pueden sustituir la gelatina por gomas vegetales o por almidón de tapioca. También pueden emplearse claras de huevo siguiendo la receta antigua.
Porción: 1 porción ( 195g ) | Calorias: 298kcal | Carbohidratos: 34.6g | Proteínas: 7.4g | Grasas: 17.8g | Grasas saturadas: 11.1g | Colesterol: 56.8mg | Sodio: 72mg | Azúcar: 24.6g | Fibra: 4.1g | Grasas Insaturadas: 6.7g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 26 de enero de 2022.
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