Un giro al clásico flan sumándole manzana para que tenga una textura más interesante y un sabor delicioso, además de saludable incorporando pura fruta!
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo de Cocción: 50 Minutos
Tiempo Total: 1 Horas
Porciones: 4 Flanes
¿Qué te parece si le damos un giro sorpresa al flan? Ese postre tan amado por su ligero sabor dulce y su color dorado puede adquirir nuevas formas de lo más inesperadas. Hoy podría ser el momento de conocer un flan con nuevos sabores y texturas, ¡y más saludable!
300 ml Leche
3 Huevos
60gr Azúcar (Flan)
70gr Azúcar (Caramelo)
2 Manzanas
¡Consejo! Podés usar azúcar y leche común para su preparación o, también, reemplazar ambos ingredientes por leche condensada. La textura del flan irá cambiando de acuerdo a los ingredientes que emplees. Yo te recomendaría probar de las dos maneras y después contarme en los comentarios cuál fue tu preferida.
Pelar y sacar el corazón de las manzanas, luego cortarlas en pedazos chiquitos y llevarlas a un bol.
En una olla agregar el azúcar y calentar a fuego máximo, revolver hasta que esté formado el caramelo. Apagar el fuego y servir el caramelo en los moldes, moviéndolos con mucho cuidado para que cubran todo su interior. Reservar.
En un bol agregar los huevos, el azúcar y la leche. Batir bien.
En los moldes con caramelo poner las manzanas y completar con la preparación.
Llevar los moldes a una fuente y llenar con agua hasta la mitad, esto para que la cocción sea a baño maría y no quede con demasiadas burbujas.
Llevar al horno a 180° por 50 minutos.
Su nombre deriva de un término latino: flado (que significa "torta plana"). Su fama comenzó a expandirse en los tiempos de Cuaresma debido a que las restricciones de la carne pusieron a prueba la creatividad e imaginación de los cocineros de aquel entonces.
Antiguamente, los griegos preparaban recetas a base de huevos y leche mezclados; tiempo después los romanos se apropiarían de su receta bautizándola como "tyropatina", incorporando el añadido de la pimienta (toque muy característico de los romanos).
Cuando el flado arriba a la península ibérica pasó a llamarse flan y se le incorporó un ingrediente que resultaría inseparable de él: el caramelo, coronándose de una vez por todas como plato dulce.
A Latinoamérica llegaron no sólo los españoles sino también este manjar y, con ello, sus diversas variantes, manteniendo casi siempre la presencia de la crema.
En Uruguay, Argentina y Chile la combinación de crema y dulce de leche con el flan es conocida como "flan mixto".
En Colombia y Perú suele acompañarse de frutas locales y es llamado "leche asada".
En Venezuela, su forma porosa similar al queso le ha dado el nombre de "quesillo". Se acompaña habitualmente con frutos secos y chocolate.
Una variante panameña incorpora coco tanto en su preparación como en su decorado final.
La variante más consumida en México es conocida como "flan napolitano", que añade queso entre sus ingredientes.
Existen muchísimas variantes de este postre, entre ellas el flan de licor (a modo de ejemplo puede ser el flan de licor de rosas), el flan escondido (el cual se sirve sobre una base de bizcochuelo) y el flan de café (una opción excelente para los amantes de aquella ambrosía).
Se atribuye al famoso Marco Gavio Apicio la invención y/o difusión escrita del tyropatina.
La receta del flan aparece en uno de los primeros recetarios históricos de la gastronomía, llamado De re coquinaria.
La receta del flan de doce huevos sorprendió a todos sus espectadores de Doña Petrona Carrizo de Gandulfo, que fue la primera mujer chef televisada en Argentina.
La preparación de flan a base de un polvo que se mezcla con leche se conoce como flan de caja o flan instantáneo. No suele tener buena aceptación entre los amantes de la buena cocina.
Contiene pectina: la pectina es considerada la fibra soluble más sana que no se absorbe en el intestino. Tras retener el agua se convierte en un gel que absorbe los desechos del intestino y ayuda a la eliminación de toxinas.
Brinda ácidos orgánicos únicos: representan el 1,5 % de la manzana y, al metabolizarse, producen un efecto antiácido (alcalinizante) en los tejidos y en la sangre (esta acidez reduce la inflamación y la presencia de enfermedades cancerígenas). Además, evitan las fermentaciones, renuevan la flora intestinal y actúan como dentífrico natural.
Contiene flavonoides y taninos: después del membrillo, la manzana es una de las frutas con un mayor nivel de taninos, que son antiinflamatorios y astringentes. Por otra parte, los flavonoides (presentes tanto en frutas como en hortalizas) evitan la oxidación, impidiendo que el LDL (conocido como "colesterol malo") se adhiera a las paredes de las arterias.
Fuente de vitaminas y minerales: la manzana destaca por su vitamina C, que con la ingesta de una sola manzana llegan a cubrirse el 30 % de las necesidades diarias.
Porción: 1 Flan ( 197g ) | Calorias: 250kcal | Carbohidratos: 43g | Proteínas: 8.5g | Grasas: 5.8g | Grasas saturadas: 1.9g | Colesterol: 171.6mg | Sodio: 90mg | Azúcar: 41.2g | Fibra: 1.1g | Grasas Insaturadas: 3.9g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 1 de diciembre de 2020.
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