¿Granos de café gigantes? ¡No! Son galletitas de café, bien blandas, super lindas y muy muy ricas. Si crees que no te van a quedar iguales te equivocas, mira mi video explicando como hacerlas paso a paso.
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo de Cocción: 15 Minutos
Tiempo Total: 25 Minutos
Porciones: 12 Galletitas
¿Granos de café gigantes? ¡Ya quisieras! Son unas ricas y blanditas galletas de café. Si su apartado visual llamó tu atención, su aroma y sabor también lo harán. Ideal para los amantes del café.
Las galletas resultan un snack súper práctico para tener a mano. Nos sirven para llevar de camino al trabajo, para tener en casa e ir picoteando, para compartir en una merienda, para comer algo dulce cuando tenemos que estudiar. Se adapta a cualquier situación.
Lo más común son las galletitas industriales. Sin embargo, cualquier galleta artesanal les gana en sabor y textura. Por eso nunca está demás sorprender a los comensales y a vos mismo con unas galletas caseras que van a representar un antes y un después en tus memorias gustativas.
5gr Café Instantáneo
10gr Agua
1 Huevo
80gr Azúcar Impalpable
75gr Manteca
125gr Harina
15gr Maicena
15gr Chocolate en Polvo
1gr Sal
Diluir el café instantáneo con agua y reservar.
En un bol poner la manteca a temperatura ambiente y el azúcar impalpable, batir hasta llegar a una textura suave y cremosa.
Agregar el huevo, el café disuelto e integrar.
Echar la harina, la maicena y el cacao en polvo, preferentemente sobre un tamiz. Agregar la sal y combinar con espátula.
Tapar y llevar a la heladera por lo menos media hora.
Ir tomando partes de la masa, darle una forma ovalada y ponerla sobre una placa para horno.
Hacer la línea del medio con un cornet o cuchillo y llevar al horno a 180° por 15 minutos.
Primero que nada, hay que conocer un tipo de pan plano llamado pan ácimo, el cual no necesita de un proceso fermentativo para su elaboración (nada de levaduras químicas ni naturales). El pan ácimo es el más antiguo antecesor de las galletas que hoy conocemos. Su preparación consiste en una mezcla de harina de cereal, sal y agua.
La historia de las galletas comienza con un objetivo: obtener un alimento duradero en el tiempo, esto es, que no se venciera rápidamente y que se pudiese movilizar con facilidad.
En la búsqueda de alcanzar ese alimento idóneo para los recorridos largos es cuando se inventa la famosa "galleta de viaje". En aquel tiempo de la historia, transportar alimentos era un verdadero obstáculo para los exportadores y viajeros, ya que los vegetales y carnes ocupaban demasiado espacio en el almacén de los barcos. Era necesario conseguir un alimento de menor tamaño, fácil de transportar y que al mismo tiempo fuera duradero para soportar las jornadas de los viajes.
Ese pan ácimo de un principio fue cambiando hasta conseguir las características necesarias para los viajes marítimos. Se trataba de un brebaje simple con harina que era sometido a cocción reiteradas veces hasta secarse, ya que la deshidratación aumenta el tiempo de vida de los productos.
De esa manera, se conseguía un pan ácimo con sequedad y dureza útil para satisfacer las necesidades de alimento. La galleta consiguió neutralizar esa necesidad imperiosa propia de los largos viajes navales, que en aquella época de la historia tenían una serie dificultad al momento de transportar de manera segura el alimento, debido al espacio y la duración del itinerario. Los marineros las ingerían untándole otros alimentos, sumergiéndolas en caldos o arrojándolas a la sartén junto al resto de los ingredientes.
Las galletas como son conocidas hoy en día tuvieron antepasados correspondientes a cada cultura. Como ejemplo puede mencionarse la matzá (este es un pan plano de la cultura judía), el casabe (pan plano que se elabora con yuca o mandioca), las regañás (panes planos populares en el sur de España), el chapati (pan plano habitual de la India), las famosas galletas marineras y las reconocidas tortillas de Latinoamérica (hechas con maíz).
Cada civilización fue produciendo, de manera independiente y a su debido momento, variantes secas y duras de pan plano con los ingredientes que tuviesen a su disposición según las condiciones. La finalidad siempre fue la misma: conseguir un producto que durara un tiempo considerable y que fuese cómodo para movilizar. Esta es la causa fundante de las galletas.
La progresiva transformación de la galleta salada a la galleta dulce le debe su mérito a cocineros persas de la Antigüedad. Ellos alcanzar a descubrir que tales mezclas podían potenciarse añadiendo miel, huevos, frutas y manteca. Este proceso se da en el siglo VII d. C. aproximadamente.
Aparte de esto, la llegada a Iberia de los emigrantes musulmanes trajo consigo la innovación en Europa del azúcar de caña. Se trata de un momento de la historia en el que se inauguran las rutas comerciales y es aquí en donde se aprovecha la difusión del pan de jengibre, el que sería la primera galleta con sabor dulce.
La elaboración industrial comienza en el siglo XVIII, en el que la producción masiva en fábricas desplaza a las tiendas pequeñas.
Porción: 1 Galletita ( 32g ) | Calorias: 123kcal | Carbohidratos: 15.4g | Proteínas: 1.8g | Grasas: 6.1g | Grasas saturadas: 3.6g | Colesterol: 32.2mg | Sodio: 40mg | Azúcar: 7.4g | Fibra: 0.4g | Grasas Insaturadas: 2.5g | Grasas Trans: 0.2g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 1 de septiembre de 2021.
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