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A diferencia del flan, la panna cotta tiene mucha mejor textura y cuerpo, lo que en mi opinión la llevan a mi podio personal de mejores postres. Esta receta de panna cotta de café hace honor a esto, combinando la receta tradicional con un riquísimo café, que puede ser instantáneo o espresso.
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo Total: 10 Minutos
Porciones: 2 Porciones
Con la misma seguridad de que me llamo Federico Quevedo puedo afirmar que la panna cotta está en mi lista de postres preferidos. A diferencia del flan, tiene una consistencia que le dan mejor cuerpo, una textura gelatinosa y un matiz lácteo. Y el café encabeza mi lista de infusiones favoritas. No se me ocurrió mejor manera de honrar a este postre que enseñarles a preparar una panna cotta de café riquísima, fácil y rápido.
150ml Crema de Leche
150ml Leche
10gr Gelatina
40gr Azúcar
Esencia de Vainilla
5gr Café Instantáneo
Hidratar la gelatina echándola en forma de lluvia sobre un pequeño bol con 35 gr de agua fría, reservar.
En una olla agregar la crema, la leche, el azúcar y el café instantáneo. Calentar a fuego medio mientras se revuelve, no hace falta que llegue a hervir, solo que se disuelvan bien todos los ingredientes.
Una vez todo disuelto sacar del fuego y dejar enfriar al menos 30 minutos a temperatura ambiente.
Agregar la gelatina a la preparación calentándola previamente en el microondas hasta que esté humeando, hacerlo batiendo constantemente.
Servir la preparación en vasos y llevar primero 30 minutos al freezer y luego pasar a la heladera.
Decorar con salsa de chocolate. (Opcional)
Aunque su nombre traducido del italiano significa literalmente "nata cocida", paradójicamente su preparación no requiere de un gran esfuerzo. La crema y la leche se cocinan por un lapso corto junto al azúcar y la esencia de vainilla (y el café, en el caso de esta variante) para luego incorporar el agente espesante (la gelatina), que es lo que le brinda firmeza a este pudding al enfriarse. La simplicidad de su preparación hace que hasta un cocinero novato pueda animarse a hacerla. Lo único necesario es respetar los tiempos para que se enfríe lo suficiente.
El perfecto contrapunto de este postre es su salsa (de frutilla, la más común, pero también las hay de moras, de frambuesas, de frutos rojos) aunque también se la puede combinar con chocolate derretido, caramelo, coco, vino, ron, un toque de menta o jengibre. Y si lo que deseás es obtener un postre perfumado y único, podés incorporar entre sus ingredientes miles de sabores distintos dando rienda suelta a tu imaginación. Es importante que los acompañamientos se añadan una vez que el postre tenga la consistencia esperada.
Generalmente se sirve frío y la tendencia de hoy en día es servirlo en vasos individuales. Se recomienda comer la panna cotta recién hecha (a lo sumo, refrigerarla en la heladera con un recipiente hermético no más de un día). La más antigua tradición de Piamonte dice que la panna cotta debe enfriarse en moldes bañados con caramelo, para darle así más sabor.
Su origen resulta bastante misterioso. Se presume que este postre clásico de la región de Italia del Piamonte se originó al sureste de Turín, en la región de las Langhe, aproximadamente en los comienzos del siglo XIX. El excedente de leche de aquella época habría ocasionado que una mujer húngara lo aprovechara creando esta delicia única.
Esta receta, a su vez, es una variación de otra que se preparaba en el Valle de Aosta en el Medioevo. Aquellas recetas de la antigüedad no incluían gelatina, aunque en aquel entonces se empleaba un subterfugio el cual consistía en tomar espinas de pescado y hervirlas hasta extraer su colágeno y conseguir así una sustancia cercana a la gelatina. En otros casos sólo empleaban claras de huevos para conseguir la firmeza necesaria. En aquellos tiempos tampoco se usaba azúcar debido a que se trataba de un ingrediente importado demasiado caro.
El paso del tiempo transformó esta básica receta en el divino postre que conocemos, compuesto de los ingredientes que en la actualidad lo conforman: gelatina, azúcar, leche y crema de leche. Como suele suceder con los grandes manjares de la gastronomía, este postre atravesó fronteras y es apreciado en todo el mundo. En otros países pueden encontrarse versiones similares de este plato, como la bavaroise suiza, cuya composición consiste en crema inglesa, gelatina y crema batida.
Ya sea para una ocasión importante o para una cena entre amigos y familiares este postre cremoso siempre te dejará bien parado. Y por si fuera poco, resulta ideal para quienes tengan alergia al gluten. También se debe reconocer que dependiendo de los ingredientes que se usen la panna cotta puede ser apta para intolerantes a la lactosa, vegetarianos o veganos.
Los vegetarianos, por ejemplo, pueden darse el gusto de probar este postre clásico italiano reemplazando la gelatina por una gelatina vegetal de origen marino llamada agar-agar. Quienes padecen intolerancia a la lactosa pueden reemplazar los lácteos por leche de coco, leche de almendras o simplemente leche sin lactosa. Por otra parte, los veganos pueden reemplazar la gelatina por almidón de tapioca o por gomas vegetales. Siguiendo la receta antigua, también pueden usarse claras de huevo.
Porción: 1 porción ( 177g ) | Calorias: 259kcal | Carbohidratos: 27.2g | Proteínas: 4.6g | Grasas: 15g | Grasas saturadas: 9.5g | Colesterol: 53.3mg | Sodio: 67mg | Azúcar: 24.5g | Fibra: 0g | Grasas Insaturadas: 5.6g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 6 de abril de 2021.
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