Una delicia con mucho coco, bien crocantes por el caramelo y un dulzor único que aporta la leche con condensada. La textura del coco bien húmedo junto con el caramelo de afuera convierten a esta receta en algo de otro mundo.
Tiempo de Preparación: 15 Minutos
Tiempo Total: 15 Minutos
Porciones: 15 Coquitos
Esta forma de preparar coquitos va a convertirse en tu preferida. La leche condensada les va a dar un sabor dulce y la cobertura de caramelo va a generarles una crocancia única. Van a quedar tiernos por dentro y crocantes por fuera (como deberían ser las papas fritas). En sólo 15 minutos tendrás 15 coquitos. A razón de un coquito por minuto. ¿Hay algo más fácil y rápido de preparar que esta receta?
150gr Coco
150gr Leche Condensada
En una olla poner coco rallado y leche condensada. Integrar.
Llevarlo a una hornalla a fuego bajo e irlo moviendo hasta que se seque.
Armar bolitas y ponerlas sobre un papel manteca o silpad.
En una sartén poner azúcar y agua, la suficiente para solamente humedecer el azúcar, calentar a fuego medio.
Cuando el caramelo ya este hecho bañar las bolitas ayudándonos con una espátula y una cuchara.
Dejar sobre el papel manteca o placa antiadherente hasta que el caramelo se endurezca.
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El origen del coco resulta ser un tema discutido. Algunos consideran que viene del Sur de Asia, precisamente del Delta del Ganges, mientras que otros aseguran que viene del noroeste de América del Sur. En Nueva Zelanda se hallaron restos fósiles de plantas similares de menor tamaño que habrían crecido allí hace aproximadamente unos 15 millones de años. Otros fósiles, aún más antiguos, fueron encontrados en distintos territorios dentro de la República de la India.
El coco es mencionado en el poema de Sri Lanka Mahawamsa, situado entre el siglo II y el siglo I a. C. El posterior poema, Culawamasa, narra que el rey Aggabodhi I (575-608) decidió plantar un jardín repleto de cocoteros de tres ioyanas (unidad de medida utilizada en la antigua India), lo que equivaldría a unos 25 kilómetros de longitud, siendo la primera plantación registrada de cocos.
La composición del coco depende del estado de su maduración. Luego del agua, su principal componente es la grasa, haciéndolo rico en ácidos grasos saturados (apróx. 88,6 % del total), lo que hace que su valor calórico sea el más elevado de todas las frutas. La cantidad que aporta de hidratos de carbono es baja al igual que sus proteínas. Esta fruta es rica en las sales minerales que contribuyen a la mineralización de nuestros huesos (gracias al magnesio, al fósforo y al calcio) y en potasio. Con respecto al resto de sus nutrientes, se destaca su aporte en fibra, lo que facilita el tránsito intestinal y ayuda a la reducción del riesgo de ciertas enfermedades y alteraciones de la salud. El magnesio está relacionado con el funcionamiento de los músculos, nervios e intestino, además de que forma parte de la composición química de dientes y huesos, mejora la inmunidad y brinda un efecto laxante suave. El fósforo, por su parte, contribuye al metabolismo energético. El potasio resulta necesario para la generación y transmisión de impulsos nerviosos, para la equilibración del agua dentro y fuera de las células y para la actividad muscular general. Se destaca también su contenido en vitamina E, con acción antioxidante y de vitaminas hidrosolubles del grupo B, requeridas para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo.
El coco es una fruta muy aromática y con un sabor agradable e intenso. Considerando sus propiedades nutritivas y su consumo ocasional en cantidades moderadas, es considerado adecuado para todos los segmentos de una población sana: niños, adolescentes, adultos, personas mayores, mujeres gestantes, madres lactantes, deportistas, etc.
Esta fruta enriquece la alimentación en sustancias nutritivas, aromas, sabores y en una gran cantidad de platos gastronómicos.
La fibra del coco, al ser soluble, mejora el estreñimiento y en algunos casos lo previene, también contribuye a bajar la tasa de colesterol en sangre y a controlar la regulación de la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en personas bajo cuadro de diabetes. Por su valor energético bastante alto, se recomienda moderar el consumo en personas con exceso de peso y se desaconseja a quienes padecen de insuficiencia renal por su elevado aporte de potasio. No obstante, personas con bulimia y quienes toman diuréticos se benefician con su consumo, ya que el coco abunda en este mineral.
El agua de coco es un líquido que se halla en el interior de su pulpa; cuanto menos maduración alcanza este fruto, mayor será su contenido de agua y su nivel de nutrientes. Es considerada una bebida isotónica natural, siendo apreciada en países tropicales donde se bebe extrayéndose directamente del coco.
Porción: 1 Coquito ( 20g ) | Calorias: 68kcal | Carbohidratos: 6.7g | Proteínas: 1.1g | Grasas: 4.2g | Grasas saturadas: 3.5g | Colesterol: 3.4mg | Sodio: 15mg | Azúcar: 6g | Fibra: 0.9g | Grasas Insaturadas: 0.7g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 14 de julio de 2020.
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