Esta receta es muy clásica de navidad, pero también la podés preparar en cualquier momento del año. El budín de frutas secas combina la crocantez de los frutos secos con un budín muy esponjoso.
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo de Cocción: 35 Minutos
Tiempo Total: 45 Minutos
Porciones: 10 Porciones
¡Bienvenidos a la sección de recetas navideñas! Bueno, no tenemos específicamente una sección para ese tipo de comidas, pero sí es cierto que esta receta es propia de esa época del año. Lo bueno es que no hay ninguna ley que te impida hacerla en cualquier otro momento, para maravillar a tus comensales en una sorprendente merienda. Verás lo fácil y rápido que resulta cocinar un budín esponjoso y crocante a la vez. Esto será lo primero que necesitarás:
150gr Harina
120gr Manteca
170gr Azúcar
200gr Manzana
Polvo para Hornear
Esencia de Vainilla
2 Huevos
150gr Frutas Secas
En un bol agregar manteca a temperatura ambiente y azúcar, integrar hasta llegar a una textura cremosa.
Agregar esencia de vainilla y un huevo. Batir. Agregar el segundo huevo e integrar nuevamente.
Agregar harina y polvo para hornear (preferentemente sobre un tamiz). Batir, esta vez pasar una espátula para remover la harina pegada en los bordes del bol.
Agregar las frutas secas e integrar.
Enmantecar y enharinar el molde, luego volcar la preparación.
Dar unos golpes sobre la mesada para que la masa baje y no queden huecos o espacios con aire.
Llevar al horno de 30 a 40 min a 180°
El budín es un plato propio de la gastronomía inglesa que se sirve como postre. En el español es conocido indistintamente como budín o pudín, que derivó del francés boudin. Este, a su vez, es derivado del término latino botellus, que significa "pequeño embutido", en referencia a la forma que solían tener los budines en la Edad Media. Otra versión señala que la palabra budín derivaría del término inglés pudding. Los franceses habrían adoptado la receta a formas regionales y de allí le añadirían una pronunciación local.
El budín inglés tradicional puede rastrearse históricamente hasta el siglo XVII como derivado del "bread pudding", un plato cuyo ingrediente principal eran restos de pan. Fue creado por los integrantes de las capas más bajas de la sociedad inglesa a causa de la imperiosa necesidad de alimentarse, especialmente en familias numerosas. Más tarde, se le fueron añadiendo ingredientes nuevos y se transformó en un plato popular gracias a su preparación sencilla, su bajo costo y el aprovechamiento de alimentos como el pan que, de otra manera, tendrían que desecharse.
Este plato también sirvió con mucha utilidad para los navegantes marítimos, que podían llevarlo en sus largos viajes. Por eso mismo, los franceses también lo denominaban gâteau voyage (que significa "tortas para el viaje"). El tiempo haría que sus técnicas se refinasen y se añadieran ingredientes para mejorar su preparación.
Los budines salados (más comunes en el pasado) se cocinaban al vapor o sumergidos en caldo, mientras que los budines dulces (que se volvían populares conforme avanzaban las épocas) se preparaban con pan, leche, huevos y azúcar a baño maría. Las migraciones hicieron que esta receta se expandiera por el mundo y se adaptara a las costumbres de cada cultura.
En América apareció gracias a las inmigraciones inglesas de 1850. Específicamente en Latinoamérica, el desarrollo de este plato fue similar a los comienzos en Inglaterra: lo adoptaron principalmente las clases humildes ante las dificultades económicas que se atravesó durante el siglo XX. En Argentina es un postre tradicional que se encuentra en las cartas de la mayoría de los restaurantes.
Tanto las nueces, como las almendras y otros frutos secos son convenientes para reducir el nivel de colesterol en el organismo cuando se consumen de manera equilibrada.
Resultan ser un tentempié fácil de guardar y de empaquetar. ¡Puedes llevarlos a cualquier sitio e incorporarlos en cualquier comida del día!.
Ayudan al corazón. Especialmente las nueces, gracias a sus grasas insaturadas, sus ácidos grasos omega 3, la vitamina E, su fibra, sus esteroles vegetales y la L-arginina, reducen los depósitos de placas arteriales, mejoran el revestimiento de las arterias, disminuyen las posibilidades de inflamación relacionadas con enfermedades cardíacas y reducen los riesgos de aparición de coágulos sanguíneos.
Porción: 1 Porción ( 91g ) | Calorias: 326kcal | Carbohidratos: 34.5g | Proteínas: 6.2g | Grasas: 19.3g | Grasas saturadas: 7.9g | Colesterol: 70.6mg | Sodio: 58mg | Azúcar: 19.8g | Fibra: 1.9g | Grasas Insaturadas: 11.4g | Grasas Trans: 0.4g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 30 de abril de 2020.
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