¿Te encanta el sabor dulce de las fresas pero buscas una opción más saludable? ¡Tenemos la solución perfecta para ti! Descubre nuestra deliciosa receta de mermelada de fresas sin azúcar, fácil y rápida de hacer en casa. ¡Satisfacerás tu antojo y cuidarás tu salud!
Tiempo de Preparación: 15 Minutos
Tiempo de Cocción: 40 Minutos
Tiempo Total: 55 Minutos
Porciones: 1 Porciones
Las mermeladas nunca faltan cuando en la merienda se sirven tostadas, galletitas de agua o los clásicos scones ingleses.
Ahora bien, es un producto con azúcar agregada (necesaria para la conservación), por lo que podríamos decir que si queremos hacer una dieta con déficit calórico, las mermeladas no son un buen acompañamiento a implementar.
A menos que hubiera una mermelada sin azúcar… ¿Es esto posible? ¡Claro que sí, papanatas! Hay una manera de hacer una mermelada de fresas sin azúcar, para que puedas comerla sin culpa entre tus alimentos.
500gr Frutillas
100gr Agua
10gr Gelatina
10gr Limón
Para esterilizar los frascos, colocamos una olla con agua al fuego hasta que rompa el hervor. Cuando hierva, introducimos en el agua los frascos (abiertos) y sus tapas y los dejamos en el hervor durante cinco minutos. Luego, dejar que se sequen solos.
Hidratar la gelatina echándola en agua (usar cinco veces el peso de la gelatina en agua). Reservar.
Lavar las frutillas y extraerles las hojas. Lavar nuevamente las frutillas y cortarlas en el tamaño que prefiramos.
Colocar las frutillas en una olla y añadir los 100 gr. de agua. Llevar la olla a fuego medio y esperar hasta que rompa el hervor.
Al romper el hervor, comenzar a revolverla cada tanto hasta que alcance la consistencia deseada. Cuando obtenga la consistencia de mermelada, añadir el jugo de limón.
Llevar la gelatina al microondas durante 30 segundos o un minuto. Añadir a la preparación y revolver constantemente hasta integrar.
Volcar en los frascos y dejar reposar entre una y dos horas a temperatura ambiente. Luego, tapar y llevar a la heladera.
La historia gastronómica que esconde la mermelada es tan dulce como ella. La emergente necesidad de encontrar alternativas para conservar la fruta trajo consigo la aparición sobre la mesa de uno de los alimentos más dulces y ricos que puedan existir.
Según los registros históricos, la creación de la mermelada es obra de los antiguos egipcios. Ya desde el reinado de Ramsés II el Grande existían confiteros cuyo oficio consistía en elaborar frutas, especias y hierbas, hace más de tres milenios. Estos alimentos se convirtieron pronto en un fenómeno popular entre los faraones de Egipto, lo que permite reconocer que la conserva de frutas ha sido sumamente valorada desde la Antigüedad.
Hace miles de años se volvió una imperiosa necesidad enriquecer la disponibilidad de los alimentos perecederos, entre los que se encontraba la fruta. Para conservarla, se utilizaba la miel. La fruta era bañada completamente con ella y así evitaba degradarse (de hecho, el cadáver de Alejandro Magno fue embadurnado con miel para poder conservarse en su transporte desde Asia Menor a Macedonia, en el 323 antes de Cristo).
Las frutas eran el producto más adecuado para conservar gracias a su carnosidad y jugosidad. Una fruta que recibió muchos procedimientos para ser conservada fue el damasco. Se lo secaba en unos hornos, luego se dejaba ventilar o al contacto con el sol y finalmente se lo partía en dos o se hacían "orejones". Una vez sacado el hueso, se lo volcaba en agua hirviendo y después se pasaba a vasijas con almíbar para finalmente reservar en frascos de cierre hermético.
La forma de dilatar la duración de estos alimentos eran las mermeladas, las cremas, los confites y los jarabes, que eran delicias para la gente del mundo antiguo. En la Antigua Grecia y algunas partes de Asia Menor, estos productos eran enriquecidos con frutos secos a modo de relleno.
Cuando apareció el azúcar en las cocinas de la Edad Media, las mermeladas se obtenían cubriendo las frutas en azúcar para conservarlas, lo que generaba la confitura deseada como resultado. En las familias pudientes, este alimento nunca faltaba: habitualmente era presentado en confiteras o vasijas y servido junto a grageas, almíbares, caramelos e incluso especias.
Cuando acudían a los hogares visitas importantes, aquellos tarros eran abiertos al punto de que su aroma se asentaba en el ambiente y daba a entender que a continuación aparecerían en la mesa gustosos y llamativos postres. La más ostentosa pieza de cerámica que decoraba estas mesas era una gran copa llamada confitera, que se colocaba entre cucharas pequeñas y sobre una bandeja ovalada.
Las confiteras más distinguidas eran de oro y llevaban el diseño de los blasones o escudos de la casa. Algunas eran adornadas con piedras preciosas y solían servirse junto a un recipiente con servilletas, las cuales eran usadas por las damas de clase alta llevándolas a sus labios cada vez que probaban la preparación.
Estas sutiles servilletas también se empleaban para higienizar las cucharas y los dedos de aquellos que daban una probadita con sus manos a la mermelada. La Corte de Carlos I de España llegó a tener un criado especial, nombrado como "especiero", dedicado a la función de servir la mermelada.
En un comienzo, la mermelada era servida en piezas más sólidas que se servían con el fin de agasajar a un invitado especial o a modo de sorpresa durante ocasiones especiales que lo ameritaban. El sentido original de este alimento era crear una ocasión de alegría, un clima festivo para celebrar un evento memorable para la familia.
Esta palabra utilizada para designar el delicioso alimento viene del portugués marmelada, que tiene el significado de "confitura de membrillo". Tanto en gallego como en portugués, el membrillo es llamado marmelo, lo cual deriva del latín melimelum, palabra utilizada para designar una variedad de manzana. A su vez, melimelum proviene del griego melimelon, cuyo significado es "manzana".
Porción: 1 Porción ( 100g ) | Calorias: 23kcal | Carbohidratos: 5.5g | Proteínas: 0.5g | Grasas: 0.2g | Grasas saturadas: 0g | Colesterol: 0mg | Sodio: 3mg | Azúcar: 3.5g | Fibra: 1.3g | Grasas Insaturadas: 0.2g | Grasas Trans: 0g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 18 de mayo de 2022.
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