Bien blanditas que se desarman solas y con una terminación brillante. La receta de naranja ideal para los que quieren comer algo fácil y rápido.
Tiempo de Preparación: 10 Minutos
Tiempo de Cocción: 20 Minutos
Tiempo Total: 30 Minutos
Porciones: 18 Galletitas
Hoy te voy a enseñar cómo hacer unas galletitas blanditas, con sabor a naranja y con un aspecto brillante de manera fácil y rápida. Vas a ver que cuando las muerdas vas a sentir que se desarman solas, y lo mejor es que los ingredientes podés conseguirlos en cualquier lado.
125gr Manteca
100gr Azúcar
60gr Jugo de Naranja
1 Huevo
250gr Harina
3gr Polvo para Hornear
Ralladura de Naranja
¡Consejo! No es necesario que amases demasiado, ya que eso hará que las galletitas salgan duras. Con amasar lo justo y necesario llegarán a una consistencia perfecta.
Rallar una naranja y hacerla jugo.
En un bol agregar la manteca a temperatura ambiente y el azúcar. Batir hasta llegar a una consistencia bien suave y cremosa.
Agregar la ralladura de naranja, el huevo e integrar. Continuar con el jugo de naranja e integrar nuevamente.
Agregar harina y el polvo para hornear, preferentemente en un tamiz. Agregar la sal y mezclar.
Bajar a la mesada y terminar de combinar los ingredientes a mano.
Estirar con un palo de amasar hasta llegar al grosor deseado.
Con un cortante separar las galletitas y llevarlas a una placa para horno.
En un bol batir un huevo y pintar con esto todas las galletitas.
Pasar un tenedor por la superficie de las galletitas para darles textura.
Llevar al horno a 180° por 20 minutos.
¡No olvides indicarme si querés que haga una receta sobre algún tipo de galletitas que te interesen!
Las galletas surgieron impulsadas por la necesidad de almacenar de forma fácil alimentos nutritivos y que pudiesen ser transportados durante un tiempo medianamente largo en los viajes marítimos. La existencia de un cocinero en los barcos requería que se almacenaran alimentos vivos (como carnes o vegetales), lo que ocasionaba que se ocupara demasiado espacio.
Así es como los cereales procesados comenzaron a cocinarse y en simultaneidad con la aparición de la harina surgían fuentes alimenticias. Los navegantes egipcios, por ejemplo, preparaban un pan quebradizo y plano a base de mijo que llamaban pastel dhourra, en tanto que los romanos crearon una galleta llamada buccellum. En el antiguo y famoso recetario romano De re coquinaria, la buccellum se describe como una pasta espesa de harina de trigo fina que se hierve y es extendida en una placa, para luego secarse, endurecerse y cortarse en bocados que serán freídos hasta conseguir una consistencia crujiente. Se acostumbraba a ser con pimienta y miel.
Los médicos antiguos tendían a considerar que casi todos los problemas de salud de las personas eran causados por cuestiones digestivas, por lo que recomendaban al menos una galleta al día para evitar la malnutrición y otras enfermedades.
Las galletitas se ablandan con el paso del tiempo por causa de la humedad. Esto es lo que puso en juego la creatividad de los panaderos que crearían un tipo de galletas duras muy fáciles de almacenar y manipular, además de resistentes a cualquier temperatura gracias a su sequedad y dureza. Por ser sumamente útiles para los viajes marítimos es que recibieron el nombre de galletas marineras. El endurecimiento por medio del horno proporcionaba que pudiesen conservarse por largo tiempo (incluso años), siempre y cuando conservasen su sequedad. En viajes muy largos, estas galletas llegaban a cocinarse hasta cuatro veces y, se las usaba como ingrediente a la sartén junto a la comida.
En el siglo XVI, una nave oficial de la Marina Real Británica solía albergar por día un galón de cerveza y una libra de galletas. De hecho, durante el período del reino de la Reina Victoria, las galletas de la Marina Real eran producidas a máquina en el histórico y famoso Real Taller de Avituallamientos de Clarence ubicado en Hampshire; tenían la estampa del monograma de la Reina junto a un número de horno en el cual fueron producidas. Las galletitas siguieron siendo una parte activa en la dieta de los marineros de la Marina Real hasta la llegada de los alimentos enlatados.
Actualmente, cada región del mundo conserva diversos estilos propios de galletitas regionales. En Argentina y Uruguay se las puede llamar galletitas o masitas, por ejemplo, radicando la diferencia entre una y otra en la forma del tipo de masa y en el proceso de preparación que se utiliza. Ambas pueden ser simples, cubiertas o rellenas, dulces o saladas.
Por tratarse de una fruta cítrica, es tan ácida como el vinagre, alcanzando un pH entre 3,1 y 4,1 dependiendo de factores como tamaño, madurez y variante. Como alimento, este valor es alto en la escala de pH, si bien no llega a ser idéntico al pH del limón. El componente más nutritivo y saludable de esta fruta es su vitamina C, llegando a adquirirse las necesidades diarias de esta vitamina con consumir poco más de 100 gr. cotidianos de naranja. Tiene también sustancias fitoquímicas con efectos anticancerígenos (limonoides) y con efectos antiinflamatorios, antitumorales y antioxidantes (flavonoides).
Porción: 1 Galletita ( 33g ) | Calorias: 129kcal | Carbohidratos: 16.5g | Proteínas: 1.9g | Grasas: 6.1g | Grasas saturadas: 3.7g | Colesterol: 27.4mg | Sodio: 23mg | Azúcar: 5.9g | Fibra: 0.4g | Grasas Insaturadas: 2.5g | Grasas Trans: 0.2g
*Disclaimer NutricionalPublicado por Federico Quevedo, el 12 de noviembre de 2020.
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